No he querido despedir el año sin antes tomar un respiro y desearle, a todos los habituales y a aquellos que han pasado por aquí y han tomado algo de su valioso tiempo para leer algunos de mis artículos, que el año próximo esté pleno de felicidad, de prosperidad y sobre todo de noticias positivas. Y como petición especial me gustaría desear que los pueblos del mundo tengan en sus dirigentes a personas sabias, luchadoras y diáfanas, que el dinero no lo sea todo en la financiación de guerras sino en la lucha por equiparar las diferencias sociales.
La Europa de hoy ... la que se hunde en la crisis económica, pero que intenta mostrar al mundo su mejor disfraz.