La educación pública en España se ha visto cuestionada últimamente. Y no es para menos. Según estudios realizados los estudiantes españoles quedan a la cola en las estadísticas adelantadas en la comunidad europea con el fin de equiparar el nivel educativo de los comunitarios. La baja capacidad para la comprensión de lectura, la falta de síntesis al momento de elaborar resúmenes e inclusive los errores ortográficos al momento de escribir una palabra son ostensibles a todo nivel. Es por ejemplo normal escuchar en noticieros, donde se supone que trabajan profesionales de la comunicación emplear expresiones como "haiga", "salir para fuera", "entrar pa'dentro", en las narraciones deportivas es habitual escuchar "jugones" en lugar de jugadores y lo peor de todo es que no se inmutan en ningún momento en corregir su error. Los pleonasmos "redundan" y el empleo de palabras o frases con sentido contrario es normal y habitual: "doy clases de baile" cuando lo que se quiere decir es "tomo clases de baile"; "se venden juguetes para niños de caucho" cuando se debe decir "se venden juguetes de caucho para niños"; y así hasta realizar una interminable lista de etcéteras.
Pero estoy seguro que esto se debe no solo a la falta de preparación del profesorado sino también al poco interés que demuestran los alumnos por profundizar en los temas. Contar con profesores poco calificados es normal. Puedes acceder a centros públicos para la enseñanza y te percatas de inmediato que las clases no son magistrales, el profesor acude sin preparación previa y, por supuesto, no esta en disposición de aclarar ningún tipo de duda al alumnado, siempre sale al paso con un "en la próxima clase te tengo una respuesta",
Es más, ante esta situación el alumnado está acostumbrado a "comer callado" y a no poner en tela de juicio las opiniones del "magistrado". Si asisto a una clase y no estoy de acuerdo con lo que el profesor dice, porque tengo un conocimiento previo del tema, se lo hago saber no con intención de hacerlo quedar mal sino con el interés sano que al momento de realizar una prueba de conocimientos tenga que verme obligado a contestar algo que el profesor, por serlo, pretenda que continúe en el error.
En un hecho anecdótico recuerdo cuando estudiaba diseño gráfico y en el momento en que uno de los compañeros realizaba la lectura de una fotocopia entregada por el profesor, este leía la palabra "collage" como "coyaje" y al corregírsele sobre su pronunciación atinó a decir "es igual, se entiende, no?". Si se entiende si lo lees al mismo tiempo pero si hablas con otra persona o un entendido del tema seguramente no sabrá a qué te refieres. Algo que también es muy habitual es que cuando te pregunten tu nombre "Carlos Galindo", te repliquen con "g" o con "j".
Creo que cuando un gobierno presenta una reforma educativa y encuentra detractores y opositores en todos los sectores, esta reforma está condenada al fracaso porque el detractor no ofrece soluciones sólo se presenta con la fuerte resistencia que ofrece una muralla ante la corriente que se acerca y no adopta planes ni soluciones opcionales. De esta manera una reforma no funciona, los proyectos no salen adelante y finalmente los medios de comunicación y el pueblo terminan por culpar al ministerio encargado de presentar los proyectos. Si tanto el alumnado como el profesorado no se preparan, la eduación en España no alcanzará nunca el nivel esperado.
Artículo tomado del diario ADN, lunes 7 de mayo de 2007, sección "El lector"
Comentarios
Lo de cuacho es una errata.
Pero confundir un impersonal con un reflexivo es una torpeza. Se venden juguetes quiere decir que los juguetes se venden a ellos mismos.
Los juguetes son aquí el complemento directo, no el sujeto. No se hace concordancia del verbo con el complemento directo. Lo correcto es: "se vende juguetes de caucho..."
Todo el artículo es un despropósito y una torpeza.