Como decía en el post anterior los Gobiernos siempre temen a las cosas que puedan afectar al pueblo al que dirigen, por eso siempre están adoptando las medidas necesarias para que el pueblo no resulte perjudicado. Pero, por qué siempre al finalizar el año, aún cuando el pan ha subido realmente el 20%, la leche más del 12%, el pollo más del 20% y así sucesivamente en una lista interminable de alzas en los productos de la canasta familiar, presentan según sus cuentas y estadísticas y demás, un aumento del IPC que no supera el 3 coma algo por ciento?
Yo no soy estadista, no soy economista, pero me aterrar pensar que el año que termina el Indice de Precios al Consumidor sólo presentará un incremento de no más del 3%. Tendré que empezar por estudiar economía o algo así que me permita comprender el por qué del aumento de los alquileres en la vivienda, o el incremento en el valor de las hipotecas que mensualmente deben desembolsar cantidades ingentes de personas que hoy por hoy no pueden hacer frente a cuotas inaccesibles.
El Euro según los entendidos es una moneda con mucho poder adquisitivo. Alguien que se gana un salario de 1.200 euros al mes puede hacer frente a una hipoteca de entre 800 y 1000 euros mensuales, con tendencia al alza eso sí, según lo determine el Banco Central Europeo?
Puede esta persona pagar 800 euros de hipoteca; 200 de cuota de coche; entre 100 y 150 euros de servicios publicos, sin contar teléfono móvil y fijo; entre 200 y 300 euros mensuales de alimentación; ah, un pequeño olvido el seguro del coche, el combustible, el aceite, reparaciones que pudiera necesitar el coche; sumo, además, los gastos de cigarrillos, los cubatas de fin de semana, los gastos que se derivan del disfrute ocioso de las vacaciones. Porque supongo que cuando trabajas tendrás derecho a darte un gustillo, digo yo?
Podrían los gobiernos hacer la vida de sus pueblos más agradable? La respuesta es sí. Solamente tendremos que volver a la edad de piedra y volver a vivir como nómadas, convertirnos nuevamente en recolectores de cualquier cosa que a estas alturas hayamos dejado viva en este planeta moribundo; dejar de lado la tecnología o si no, hacer como hizo Christopher MacCandless irnos para Alaska, abandonar nuesras "cómodas" vidas y morir allí, como lo hiciera él, literalmente de hambre.
Retomo la frase de la columnista del Diario Metro de Barcelona Pilar Adón: "resulta difícil trazar la línea divisoria entre una legítima búsqueda del yo y lo que pudo ser un irresponsable acto de autodestrución" (Diario Metro, página 12 "Opinión", jueves 11 de octubre de 2007)
Aunque la cuestión no está en lo que realmente debemos hacer, sino en lo que están haciendo con nosotros. No quiero ser más pesimista, más de lo que ya soy, pero creo que nuestras vidas se han ido deslizando paulatinamente por un tobogán que nos conduce a un callejón que no tiene salida.
Fuente: Diario Qué¡ Barcelona, jueves 13 de septiembre de 2007, página 10 "Al Día".
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